Este trabajo ha sido realizado por Ana Costa y Elena Marín, alumnas de 3º de ESO C:
LA TRAVIATA, LA OBRA.

Desde los primeros acordes de La Traviata de Giuseppe Verdi nos damos cuenta de que estamos ante una obra maestra donde el amor radical y profundo es el verdadero trasfondo de cada nota y cada palabra.
La idea de escribir una ópera basada en una obra de teatro tan discutida en aquel momento, demuestra el arrojo y el coraje del gran Giuseppe Verdi. De hecho la protagonista de la novela, Marguerite Gautier, en la ópera Violetta Valèry, existió realmente, se llamaba Alphonsine Plessis, apodada Marie.
La escena empieza con una fiesta, estamos en Paris hacia la mitad del 800 en casa de Violetta, joven cortesana, el recibimiento culmina con el famoso brindis “Libiam nei lieti calici “donde se ensalza la alegría del vino (aquí aparece la famosa escena del ‘Brindis), del amor libre y de los placeres de la vida en general, Violetta delante de un espejo se da cuenta de la enfermedad que la está consumiendo poco a poco. Tisis. Alfredo le declara su amor, ella se queda sola y duda si el amor ha entrado realmente en su vida. Es el final del primer acto.
En el segundo estamos en la casa de campo donde Alfredo y Violetta viven felices desde hace tres meses, su situación económica es difícil, Alfredo está lleno de deudas y ha de marcharse, cuando Violetta se queda sola aparece el padre de Alfredo, Giorgio Germont, quien primero impone y luego suplica que abandone a su hijo por el bien de su familia, Violetta al final accede a separarse de Alfredo y a la vuelta de éste decide retomar su vida anterior.
En el segundo cuadro del acto estamos de nuevo en Paris, en la lujosa casa de Flora, donde vuelve a haber otra fiesta, Alfredo mostrando su ira arroja a los pies de Violetta el dinero que acaba de ganar a las cartas como pago por sus servicios, humillándola profundamente delante de todos.
Un triste y desconsolado preludio nos lleva al dormitorio de una moribunda Violetta, donde tendrá lugar el último acto, acompañada por un solo de violín, ella lee una carta, con voz hablada, escrita por Germont quien se arrepiente de lo sucedido y desea pedirle perdón, pero ya es demasiado tarde, “E tardi… Addio del passato”. La llegada de Alfredo sirve para que los dos fantaseen con una vida juntos pero, cuando parece que empieza a recuperar las fuerzas, Violetta se desploma inerte en sus brazos.
La Traviata es la última ópera de la llamada “trilogía popular” junto al Rigoletto (1851) y al Trovatore (1853). Óperas que demuestran la madurez de Verdi, sus caracterizaciones musicales precisas y su inteligencia teatral excepcional.
GIUSEPPE VERDI, EL AUTOR.

Sus dos primeros maestros fueron el canónigo Don Seletti y el director de música de Busetto. Cuando en 1832 fue rechazado por el conservatorio de Milán, entró como discípulo del compositor milanés Vincenzo Lavigna.
De regreso a Busetto en 1833 fue director de la Sociedad Filarmónica. Con 25 años vuelve a Milán donde estrena su primera ópera Oberto conde de San Bonifacio 1839 en La Scala, no tuvo repercusión alguna. En el año 1840 estrena su ópera cómica Un giorno di regno la cual fue un fracaso. Ante esto y afectado por las muertes de su esposa Margarita Barezzi y de sus dos hijos decide abandonar la composición.
Un año después, en 1842, el director de La Scala le convence para que escriba Nabucco. Escribió la obra en menos de tres meses y esta causó una gran sensación, ayudado por el tema de la cautividad de los judíos e Babilonia que era considerado por el público italiano como una alusión a la oposición al gobierno austriaco en el norte de Italia. Apareció la costumbre de aclamar a Víctor Manuel como el rey de Italia al decir “Viva Verdi” ya que el nombre del compositor era un acrónimo de “Vittorio Emanuele Rè D’Italia”. En muchas de las representaciones de su obra se producían verdaderos motines patrióticos que requerían la intervención del ejército. Los voluntarios italianos cantaban algunos números de sus óperas al ir a luchar contra los austríacos. A estas óperas siguieron I Lombardi alla prima crociata (1843) y Ernani (1844), ambas gozaron de gran éxito.
De las 11 óperas siguientes sólo Macbeth (1847) y Luisa Miller (1849) se mantienen en el repertorio actual de ópera. Rigoletto (1851), Il trovatore (1853) y La Traviata (1853), que supusieron su consagración, se encuentran entre las más populares de todos los tiempos. Entre las óperas que escribió en los siguientes años se encuentran Las Vísperas Sicilianas (1855), Simone Bocanegra (1857) Un ballo in maschera (1859), La forza del destino (1862) y Don Carlo (1867). Aida (1871) fue encargada por el virrey de Egipto para celebrar la inauguración del Canal de Suez y su estreno se produjo en El Cairo.

A sus 70 años compuso Otello (1887), con un libreto que el compositor y libretista italiano Arrigo Boito había adaptado hábilmente de la tragedia de William Shakespeare. Le siguió su última ópera Falstaff (1893).
Llegó a ser diputado y senador y la gente lo adoraba no sólo como músico, sino por su significado en la lucha por la reunificación de Italia.
Giuseppe Verdi falleció el 27 de enero de 1901 en Milán.